Entre el uno y el cinco por ciento de la población intenta "espantar" su depresión comprando compulsivamente. Son los "maníacos de la compra", que adquieren lo que no necesitan y gastan lo que no pueden, para después sentirse culpables e insatisfechos, entrando en un círculo vicioso del que sólo salen con la ayuda de un psicólogo.
Los "compradores compulsivos" son un nuevo tipo de enfermos de la sociedad de consumo, afectados por un serio trastorno.