El mundo está cambiando. La devastación ha reinado con mayores terremotos, inundaciones, derrumbes y tormentas.
Social y culturalmente vemos cómo ha aumentado la criminalidad, el monstruo de las drogas, la violencia, los fanatismos políticos y religiosos, los hogares rotos, la intolerancia y la falta de respeto, especialmente a las personas mayores. En esta vorágine de cambios dependemos de la publicidad y de aquellos que se llaman autoridades que nos dicen cómo actuar, qué hacer, cómo vestir, qué nos conviene y cómo y a quién amar. En esencia, ha aumentado lo tecnológico y hemos olvidado los valores humanos, la unión familiar y la comprensión de todos. En el 2011 hay un regreso lento, pero seguro, a rescatar los principios espirituales, el hogar y la familia, el respeto a nosotros y a los demás, a ayudar a los dirigentes políticos a implantar la democracia, a reconocer la importancia de la cultura y la educación y a colaborar para erradicar males sociales que han proliferado y que están corrompiendo a nuestra sociedad.
El 2011 es un año de introspección, análisis, reflexión y, sobre todo, de despertar, ya que la mayoría vive como robots, automáticamente. Hay un llamado celestial a despertar la conciencia y a reconocer que cada ser humano tiene una misión que cumplir en esta tierra.
El mundo de la política estará más ardiente. El presidente Barack Obama empezará a recuperar su perdida popularidad cumpliendo con algunas promesas que hizo en su campaña política. La economía se ve mejor aspectada dentro del cuadro oscuro de crisis y recesión que nos afectó a todos. Todavía continuarán los fenómenos naturales. Las aguas, los mares y el fuego serán la razón de grandes tragedias y pérdidas. Se desata la guerra entre países hermanos como Israel y Palestina. El terrorismo enseñará su cara más diabólica a nivel mundial. Se llegará a extremos nunca vistos en el planeta Tierra que estarán transitando por el plano más bajo de la "edad de las tinieblas", repitiendo un ciclo que empezó 12, 800 años atrás, según los sabios de la India. Todo coincide con la formación planetaria entre la Tierra, la Vía Láctea, el Sol y otras convergencias extrañas que han hecho que muchos piensen o digan que el 2012 es el fin del mundo y que el 2011 será un año de sacrificios y de resoluciones valientes y agresivas. Yo veo al año 2011 como el período de mirarnos por dentro y reconocer errores cometidos. Año de iniciar una nueva vida con mucha fe en el Creador y en el Cristo que mora en el interior de todo lo creado. 2011, año de poner en práctica los mensajes del Maestro Jesús o de Buda. No hablar de Jesús y de maestros Iluminados, sino de actuar conforme a sus enseñanzas. 2011, año para ser impecables, o sea, no permitir que de tu boca salga algo negativo y ofensivo hacia otro ser humano.
Con la contaminación reinante en lo físico, en lo emocional y en lo espiritual, males y enfermedades aparentemente erradicadas de la Tierra aparecen. Países sometidos y desangrados por dictadores empiezan a despertar del adoctrinamiento y las falsedades, y levantarán sus voces y empezarán a rebelarse. Cada día el gobierno y sociedades ocupadas por el respeto y dignidad de la mujer lucharán por sus derechos y en contra de la violencia doméstica. Aun los países más retrógrados o fanatizados tendrán que aceptar que todo ser humano, más allá de razas, culturas, religiones y sexo tendrán o irán aceptando la igualdad y los derechos de todos a ser felices y a decidir su vida según le dicta su conciencia.