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Además de los muertos inmediatos por el accidente, las tierras adyacentes al Canal serían contaminadas de tal manera que no serían aptas ni siquiera para el habitar humano. |
El transporte de material nuclear por el canal de Panamá podría ser una catástrofe para Centroamérica, pues un derrame accidental o provocado mataría a 100 mil personas en forma inmediata y afectaría la salud y la vida de toda la región, advirtió el Tribunal Centroamericano del Agua este lunes en San José.
El tribunal, una ONG que promueve políticas de conservación y buen uso del agua en Centroamérica, juzgará el caso durante una audiencia en marzo en la que también se conocerán otras ocho denuncias de todos los países del istmo.
El Institute Radiactive Management Associates, una empresa consulta independiente con sede en Nueva York, presentó recientemente un informe en el que asegura que un accidente relacionado con el plutonio que se transporta por el Canal de Panamá podría provocar la muerte de 22% de la población adyacente al sitio en que se produzca.
Organizaciones ambientalistas como Greenpeace y la panameña Sociedad Civil para el Ambiente (ISCA) estiman este efecto inmediato en unas 100 mil personas, aunque las secuelas afectarían a toda la población del país y probablemente al resto de habitantes de Centroamérica.
Según el director del Tribunal Centroamericano del Agua, Javier Bogantes, los lagos Alajuela, Gatún y Miraflores -principales abastecedores de agua para las esclusas del canal, pero que también abastecen 50% del agua potable que consume la población de Panamá- serían las más afectadas en caso de un accidente.
Además, un derrame de material nuclear contaminaría miles de km2 de tierras alrededor del canal, inhabilitándolas para la producción de alimentos e incluso para el hábitat humano, agregó.
Desde hace dos décadas, el canal de Panamá es utilizado para el transporte de combustible nuclear empobrecido desde Japón hacia plantas en Francia e Inglaterra, donde es enriquecido y devuelto a su origen.
El principal transportista del material, la Pacific Nuclear Transport Ltd, asegura que el riesgo de accidente es mínimo, lo cual es desmentido por las organizacions ambientalistas que califican de "catastrófica" la magnitud de un eventual percance.
En 1998 un grupo de activistas de Greenpeace logró abordar uno de estos barcos en el canal, para demostrar que las medidas de protección eran insuficientes y que los embarques pueden ser blanco de un asalto terrorista. |