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El alcohol es para muchos parte de los festejos por eso cometen muchas impertinencias.  |
Juma, borrachera, monarca, en fuego, traquea'o, en güimba, hasta la tusa, son sólo algunas definiciones populares para la pérdida de la razón a causa del alcohol. Para estas fiestas muchos panameños le rinden culto a la botella en toda su expresión, llegando incluso a las clásicas impertinencias que son recordadas por sus amigos y familiares por secula seculorum.
Para evitarle esa mala pasada o que sea el hazmerreír en la fiesta de su trabajo, en Navidad o Año Nuevo, le presentamos estos consejitos de algunos güereños (jóvenes fiesteros) para evitar pasar una vergüenza.
Comer bien antes de empezar. Esta lección nunca la olvidará Esteban, de 23 años, que dejó a un lado el pavo y las uvas para meterle de lleno al vidrio. "Comencé como a las 9 de la noche y antes de las doce no estaba en mí, me dio por abrazar y besar a todo el mundo, me le declaré a una vecina que tiene quince años. Mi madre al verme en ese estado me acostó, al rato -me cuentan porque yo no me acuerdo de nada-, abrí el armario de mi cuarto y me oriné en la ropa creyendo que era el baño. Al día siguiente me hicieron lavarla toda, a pesar del dolor de cabeza que tenía", señaló.
No mezclar el trago con otros. Eso lo vivió Jaqueline, de 24 años, quien se embriagó por mezclar un ron de una marca conocida con el jugo del tutti frutti de lata. "Bebí el trago con tutti frutti, cuando se acabó lo combiné con ginger ale, seguidamente me tomé una cerveza, por lo que me fui a la lona. Vomité hasta el cansancio. Al día siguiente a la goma no le valía ni el Alka Seltzer".
Recomendable bailar o estar en movimiento. Así lo prefiere Aristides, quien ahora tiene 28 años, que recuerda cómo quedó a los 17, hasta la zapatilla por quedarse sentado. "Comencé con cerveza, pasé al seco y culminé con whisky, como buen santeño; traté de disimular los efectos del licor, pero cada vez que lo intentaba me sentía las piernas de trapo, a todo esto me volví valiente, le puse la mano en la pierna a una muchacha que me gustaba, poco a poco la fui subiendo. Hice de tripas corazón, me paré y me fui para mi casa caminando en zigzag, no sé cómo pude llegar a mi cama, pero desde ese día trato de no hacer eso si antes no he bailado o caminado".
Preferible no beber si está dejado o despechado. A menos que lo que desee es emborracharse. Así nos contó la mamá de Kathia, de 19 años. Nos dijo la señora que su hija se sentía triste porque su novio se fue de la fiesta de año nuevo y la dejó sola, y como estaba en su casa, empezó a beber. Cuando le comenzó a hacer efecto el alcohol se puso a llorar y a gritar que se quería morir. La tuvieron que bañar y vestir en medio de lágrimas.
Los güereños señalan que esto forma parte de las anécdotas de ser joven, pero recomiendan no excederse, no manejar en estado de embriaguez y, sobre todo, no dejar que el licor sea lo más importante en su vida.
¿COMO SABER SI ESTAS BORRACHO?
Discutes con objetos inanimados. Y pierdes la discusión. Tienes que agarrarte al césped, para no caerte en la tierra. Cuando hablas en voz alta, porque sientes que nadie te escucha. Continúas fallando, al llevar el vaso a tu boca. Cuando vomitar empieza a ser un alivio.
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