Domingo 13 de dic. de 1998

 








 

 

 


MENSAJE
La responsabilidad de los padres de familia

Rómulo Enmiliani

Tener hijos establece una nueva situación sicológica que hace necesarias una serie de elementos que deben reunir las parejas. Es primordial la función educadora de los padres a los hijos.

Es inconcebible una procreación sin educación. No basta con ser padres biológicos, hay que ser los padres personales y el primer deber es tener hijos sanos. Esto exige una dinámica nueva entre la pareja que dependerá de la madurez, la preparación personal conyugal, y los modelos de paternidad que se tengan al respecto.

La familia nace con la llegada del hijo. La conyugalidad es entonces sinónimo de Familia. Una familia es algo más que una estructura estática o convencional. No es simplemente la foto de los padres y los hijos que siguen de manera inalterable los patrones de la sociedad. La familia es algo que vive una realidad dinámica que involucra interacción, y vincula efectividad con una serie de elementos y sentimientos. Es vida y dinamismo que hace que cada uno de los miembros se sientan que viven y valen.

En la educación de los hijos existen ciertos A-B-C que son una realidad. Esto hace que los hijos crezcan en un hogar equilibrado. Es necesario una comunicación adecuada. Los hijos deben crecer viendo a sus padres juntos y no sólo tener la función educadora de la madre. Es necesario el equilibrio paterno; un compañero, guía, fuerte y seguro. El hijo debe encontrar al padre siempre que lo busque. Ser padres implica entonces ser modelo de vida. Los padres deben estar conscientes que la vida familiar los va a absorber y envolver de manera total en muchos momentos. No basta con ser amigos; es mucho más lo que requiere una paternidad auténtica. Lo que los hijos necesitan de los padres es su presencia activa en la casa; alguien que responsablemente asuma su papel de manera integral; que tengan autoridad y disciplina conjugado con amistad, con afectividad profunda y con el deseo de formar una personalidad auténtica.

El arte de vivir consiste en ocupar un puesto en la sociedad sin violentar las necesidades de uno mismo y de los demás. El arte de ser padres consiste en enseñarle a los niños el arte de vivir. Las necesidades y los sentimientos opuestos, es decir, los de los padres y los de los hijos pueden coexistir. Para lograr esta capacidad de comprensión es necesario establecer un diálogo siempre abierto entre padres e hijos. El primer paso para esto es guiar a los hijos hacia su propia independencia. Es importante determinar cuándo el niño se encuentra preparado para dar el siguiente paso en su propio desarrollo. Gradualmente el muchacho va adquiriendo mayor autoridad y autonomía para enfrentarse a la vida siendo él mismo el que deba resolver sus problemas.

El papel de los padres no es crear un lecho de rosas para su hijo, sino ayudarlo a abrirse camino a través de las espinas. El desarrollo de la personalidad se produce por medio de la interrelación del niño con su entorno. Es ahí donde las frustraciones forman parte importante de la vida diaria.

 

 

 

 


 

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