Se ha demostrado que el ejercicio disminuye los factores de riesgo de enfermedad coronaria, incluyendo el aumento de colesterol; disminuye los triglicéridos y el azúcar en la sangre; reduce la presión arterial, entre otros factores, comenta la geriatra Vielka Sanjur.
Si durante la edad adulta no se lleva una vida moderadamente activa, las personas pueden enfrentar los siguientes problemas, explica Sanjur:
Los músculos perderán poco a poco su fuerza.
Los huesos tenderán a perder calcio y las articulaciones perderán su flexibilidad, trayendo como consecuencia principal la pérdida de las buenas posturas del cuerpo y, más drásticamente, se presenta mayor riesgo de fracturas, asociado a la osteoporosis.