Sin Cristiano Ronaldo el Madrid es un boceto, con él una obra de arte moderna. Es el corazón del equipo, el desequilibrio en todos los sentidos. Ayer, no fue la excepción, marcó dos goles y volvió loco al Marsella al que el equipo español venció a domicilio 3-1.
Apenas corría el minuto cinco cuando el infierno de Marsella quedó convertido en un cubito de hielo, tras el golazo de falta del portugués.
En eso, llegó Lucho González, que le tocó hacer de héroe y villano. Primero de Agente 007 cuando al minuto 10 emparejaba las acciones en una jugada que contó con la complicidad de la defensa blanca que se hizo aguas en el mar.
Pero el factor Ronaldo estaba por todas partes, con toques y regates que confundían al rival; mientras que Van der Vaart, haciendo de Kaká, tuvo buena participación en el partido.
SEGUNDO ACTO
La segunda mitad arranca con un fogoso 1-1, también marcado por el juego brusco y los ímpetus de remontada para los de casa.
El sueño seguía hasta que al minuto 60 Raúl Albiol recibió el balón justo dentro del área grande para fusilar al Olympique y darle aire al equipo visitante.
Luego Lucho, como ya habíamos adelantado, también hizo de villano, porque ante un penal clarísimo que hizo Iker Casillas, envió la pelota al larguero y erró lo que pudo cambiar la historia, el 2-2, nunca llegó.
Y como el que no las hace, las ve hacer, nuevamente el CR9, con esa hambre de gol que lo caracteriza machacó el balón a la red para finiquitar el cotejo al minuto 80. De esta forma, el Madrid clasifica primero de grupo; en tanto, el Milán que empató en su visita al Zúrich se queda con la segunda posición.