Voluntarios acudieron ayer a un hospital de la capital guatemalteca, donde está internada una niña sobreviviente de una matanza ocurrida la semana pasada, para adoptarla.
La pequeña, de unos dos años, y que aún no ha sido identificada, permaneció sin alimentos ni agua por cuatro días en su casa, en un barrio del noroeste de la capital, junto a los cadáveres descompuestos de su madre, dos niños y otra mujer de unos 18 años embarazada.