La muerte del boxeador Carlos Meza, tras permanecer en coma desde que el pasado sábado fue noqueado por el panameño Ricardo Córdoba, causó conmoción en Colombia, donde se evocaron sus virtudes y la dureza de un deporte en el que el púgil colombiano perdió su vida por una bolsa de apenas 1.000 dólares.
De 26 años, Meza falleció la tarde del martes en un hospital de Ciudad de Panamá por las graves lesiones que sufrió el viernes último durante la pelea con 'Maestrito' Córdoba, por el título latinoamericano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
"Es un hecho triste. Como deportista fue disciplinado y fuerte combatiente", se lamentó Rodolfo Fortich, presidente de la Federación Colombiana de Boxeo, al recordar al púgil, quien fue noqueado en el duodécimo asalto de una reñida pelea.
Los Juegos Deportivos Nacionales, que se disputan por estos días en Bogotá, también rindieron un homenaje póstumo al boxeador, y antes de iniciarse las competencias hubo un minuto de silencio.
Wenceslao Rentería, compañero de Meza durante siete años en la selección de boxeo del departamento de Antioquia, dijo tras conocer la noticia que "le estaba rogando a Dios para que le diera una segunda oportunidad".
"La última vez que hablé por teléfono con él me insistió para llevarme a Barranquilla a pelear como profesional", comentó Rentería visiblemente triste.
Uno de los entrenadores de Meza en la selección de Antioquia, Abelardo Parra, evocó por su parte que el pegador inició su carrera a los 12 años. "Era un 'mamador de gallo' (bromista) que divertía a la delegación", dijo.
"Nocáut a la vida y al deporte", tituló sobre el hecho el diario bogotano El Tiempo, mientras que el periódico El País de Cali rotuló: "El boxeo cobra otra víctima", y señaló que la condición de Meza era muy crítica por los coágulos de sangre que se formaron en su cerebro a raíz de los golpes.
SOBRE EL TRAUMA
“El edema cerebral (inflamación del cerebro) es la acumulación de un líquido que no debe estar; el cerebro se inflama y como está dentro de una caja rígida que es el cráneo, no tiene espacio y eso hace más daño”, explicó el neurocijano de la clínica Valle del Lili, Ernesto Senz.
El galeno precisó que “la gravedad de un trauma la mide su estado de conciencia después de un golpe; si una persona entra a cirugía en estado de coma, el porcentaje de morir es muy alto”.