Martín Torrijos defiende a capa y espada los primeros cien días en el poder, en los que impulsó reformas a la constitución, remendó parcialmente las rotas relaciones con Cuba y se mostró decidido a combatir la corrupción.
Pero sus detractores lo acusan de perder el tiempo "buscando fantasmas", en alusión a una ola de denuncias sobre supuesta corrupción a ex funcionarios del anterior gobierno de Mireya Moscoso, y de incumplir con su promesa de "más empleos".
El hijo del extinto general Omar Torrijos, de 41 años, se impuso en forma contundente en los comicios de mayo y asumió el 1 de septiembre. Cumple hoy cien días de gestión.
"Hemos puesto todo el empeño en devolverle a la ciudadanía la esperanza y el optimismo", dijo recientemente el mandatario a la AP.
"Hemos trabajado con escasez de recursos económicos, y nos encontramos en un proceso de transformaciones".
GANDES CAMBIOS
En el marco de esas "transformaciones", Torrijos ratificó recientemente un paquete de reformas constitucionales, que acortan el período de transición presidencial, limitan el número de diputados, le da luz verde a la Corte Suprema de Justicia para que investigue actos irregulares de los legisladores e intentan que la designación de magistrados esté lo más alejada de la política.
En un dos por tres, Torrijos jubiló al presidente de la Corte Suprema, César Pereira Burgos, aliado de Moscoso, y publicó en la internet los movimientos de las partidas secretas presidenciales desde 1994, en el marco de su promesa de impulsar la transparencia gubernamental.
En el campo diplomático, logró hace poco reanudar las relaciones con Cuba con la reapertura de las oficinas consulares e insertó a Panamá en el Grupo de los Tres, integrado por México, Colombia y Venezuela.
Tiene interés en concretar un acuerdo de libre comercio con México y cristalizar la integración energética con Colombia y Venezuela.
El mandatario goza por el momento de una alta popularidad, según las encuestas. Pero los reclamos y los grandes desafíos comienzan a asomarse.
En el rostro del joven líder, que suele visitar diferentes zonas del país con pantalón vaquero y gorra de béisbol, ya se notan señales de agotamiento.
En tres meses debió enfrentar dos inundaciones graves, y él atendió personalmente las emergencias.
El gobierno sacó recién a la palestra asuntos muy sensibles por resolver y que amenazan con cortar la luna de miel de Torrijos con los panameños, incluyendo un posible plan de aumento en la edad de jubilación para enfrentar la precaria situación financiera de la Caja del Seguro Social.
Empero, a pesar de la crisis de las inundaciones, los detractores no cesan de criticar a Torrijos.
El opositor Luis Eduardo Camacho, del Partido Arnulfista citó por ejemplo los anuncios de despidos masivos del Ministro de la Presidencia, Ubaldino Real, expresando la intención de destituir a 34,000 servidores públicos.
De igual forma criticó al director de la Caja de Seguro Social, René Luciani, por insistir en despedir 7,000 funcionarios de la institución.
El arnulfista alega que amparándose en un falso déficit fiscal de B/.720 millones, el PRD aprobó modificaciones a la Ley de responsabilidad fiscal, abriendo las puertas a una nueva carrera de endeudamiento externo, hecho este que ha caracterizado todas las administraciones del PRD, y un ejemplo son los B/.900 millones de deuda ya contratados en menos de 100 días en el poder.
