Hermelinda Cordones educó a sus dos hijos vendiendo libros usados, revistas y novelas, en una de las calles laterales a Plaza Porras desde hace más de 27 años.
Esta abnegada madre ha trabajado incansablemente desde 1980, todos los días de la semana, para llevar el sustento a su humilde morada ubicada en el populoso barrio de Calidonia.
"Ahora, mis dos hijos son hombres de bien. El mayor, Rolando, tiene 25 años, y el segundo, Ariel, cumplió 23. Ellos son trabajadores y reconocen el esfuerzo que hice por ellos", dijo mientras ofrece sus libros.
Usualmente, los clientes de Cordones son estudiantes, trabajadores, abogados, amas de casa y aficionados a coleccionar novelas policiales, que siempre llegan aquí en busca de lectura nueva.
Esta trabajadora representa a las mujeres panameñas que con su esfuerzo también contribuyen al sustento de sus familias y al engrandecimiento de Panamá.
"Cuando empecé no contaba con nada, fue muy duro, pero gracias a Dios, con un poco de dedicación hemos creado un puesto de trabajo que nos permite ganarnos la vida honradamente", sostuvo.
DETALLES
Su jornada de trabajo inicia a las 6: 30 de la mañana, después de tomar una taza de café y algo de comer. El largo día se prolonga hasta las 6: 00 de la tarde, entre el bullicio de los diablos rojos y el paso de los peatones.