No importa qué fecha se celebre. Puede ser Día de las Madres, Navidad o cualquier cumpleaños. Lo cierto es que la persona que recibe el obsequio siempre critica lo que recibe.
En el caso de las madres, hay unas que salen diciendo: "Otra vez una bata"; "¿Otro camisón?; "Siempre una licuadora". Aunque el que regala no tiene creatividad para regalar, usted no tiene por qué criticar algo que se ha realizado con amor.
Póngase a pensar que al menos su hijo o su familiar pensó en usted y se tomó el tiempo para visitar los muy concurridos centros comerciales, formó la fila donde forran regalos para que usted recibiera algo este viernes.
No sea una mala madre. Si su hijo le entrega lo mismo. Regálele una sonrisa, pues pueda que no tenga mucho dinero o a lo mejor gastó todo lo que tenía en ese regalito.
Recordemos que un presente no se debe pedir en los que va adentro, sino por el amor con que se dio ese presente.
Claro está que los panameños deben ser más originales a la hora de dar un regalo. Hay veces que nos dejamos llevar por el bombardeo publicitario y corremos a comprar esos estuches con fragancia y lazos puestos para salir del paso. Debemos analizar realmente cuáles son las necesidades o deseos de nuestras madres y sorprenderla con eso que le gusta, pero con amor.
Por favor, no hagan como ese panameño que un día se le ocurrió la brillante idea de regalarle un equipo de sonido a todo meter para el auto de su mamá, pero adiviven qué. El muchacho era quien manejaba el vehículo. Eso fue una verdadera burla.
Nuestras mamitas deben ser equilibradas a la hora de recibir presentes para esta fecha. Si se repite el panti, la bata o las pantuflas, cójanlo y ya. Esas vainas siempre hacen falta.
Si usted es de esas madres que lo critica todo, por el amor de Dios, no salga este viernes con esa amargura y pidiendo que mejor le regalen plata. Eso no es lo que vale.