Para ser justo en esta vida, es necesario medir a las personas bajo el mismo parámetro que nos aplicamos personalmente. Hay oportunidades, donde algunos cuestionan a otros por las actuaciones que éstos realizan, sin tomar en cuenta que esos mismos errores y hasta en mayor magnitud, los comete el criticón.
Miramos la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio. Al momento de evaluar hay que calificar objetivamente, aplicando las mismas condiciones para todos.
Esta situación se debe ejecutar en todas las facetas de la vida y no nos referimos únicamente a los aspectos relativos a rendimiento laboral, que en todo caso son más fáciles de cuantificar, tomando en consideración aspectos como calidad, productividad, efectividad y capacidad de reacción. La medición justa se tiene que poner en práctica en los aspectos cotidianos. A veces escucho a alguien criticando a determinada persona y cuando me volteo por poco me da un faracho, porque el que cuestiona es peor en esos aspectos, que la persona que es blanco de su ataque.
No hay que perder la objetividad. Si eres peor que la persona contra quien pretendes alzar tu dedo acusador, sería mejor guardar silencio y primero comenzar a enmendar errores, para después tener moral para alzar tu voz inquisidora. Hay un amigo apodado "Majagua", que no sé porqué razón, se preocupa cuando yo le recuerdo aquella cita bíblica que dice: "Con la vara que midas serás medido y una cuarta más". !Sin duda que algo muy escondido en su conciencia lo hace temblar cada vez que escucha esa frase!.
Lo que trato de explicar, es que siempre se debe ser justo al momento de evaluar al prójimo y primero debes examinarte tu, para determinar si no estás cometiendo lo mismo que cuestionas.