La llegada al poder de figuras etiquetadas por la opinión pública latinoamericana como de izquierda, ha motivado preocupación y análisis para algunos.
Los analistas señalan que se trata más bien, de una reivindicación de la justicia social, de una izquierda moderna no autoritaria, que podría estar de acuerdo con un liberalismo también moderno. Tema que en el periódico La Nación, de Argentina el sociólogo Alain Touraine, explica como los países de América Latina, han perdido la ilusión de que pueden desarrollarse y crecer al margen de la institucionalidad democrática y de la economía mundial.
Y es que aunque en América Latina, la democracia como sistema ha superado a los gobiernos autoritarios, no ha podido hacerlo ni con la pobreza, ni con la equidad. Es más, se podría afirmar que el sistema político y las instituciones del área, están pasando por una crisis de tal magnitud, que ha afectado la configuración de los partidos políticos y de la sociedad, pasando por el modelo mismo de nuestras familias. A manera de ejemplo de las "ideologías revueltas de América Latina", está la reconocida labor del economista chileno (excomunista de la corriente maoista) Osvaldo Rosales, su principal negociador comercial, quien concretó los Tratados de Libre Comercio con la Unión Europea, Corea y los Estados Unidos y que está encaminando los acuerdos con Nueva Zelandia, Singapur, China y Japón.
Por eso es que los sociólogos denuncian que en la mayoría de los casos de democracia del área, el principio rector ha sido la crítica a la política neoliberal durante la campaña electoral y una vez en el poder, la profundización de la agenda neoliberal.