Voy a abrir la puerta de restaurante y me indican en un letrero que haga "Push".
Al entrar había leído la palabra en inglés "Open".
Como ese negocio hay muchos en Panamá, con letreros que indican varias cosas en un idioma extranjero.
Esta realidad no es nueva. En los primeros años de la separación de Colombia, hubo campañas periodísticas para que los letreros de tiendas y negocios estuvieran en español, el idioma oficial de Panamá.
Antes se argumentaba que por estar miles de norteamericanos en la Zona del Canal, había que "ser bilingüe" y dar indicaciones en inglés.
ESA REALIDAD HA CAMBIADO.
He dicho algunas veces como un "chiste cruel", que ahora que no están los norteamericanos, es cuando más se lucha porque el inglés esté en todas partes.
Debo advertir que no estoy en contra que sepamos más de un idioma. Pero por cuestiones de soberanía, creo que cualquier indicación debe ir primero en español y luego en inglés. Así todos quedaríamos contentos...
Cuando estaban los gringos en la Zona, la Universidad de Panamá nunca pensó exigirle a sus graduandos un certificado de que sabían otro idioma (casi siempre inglés).
Al enterarme de esa medida, dije a directivos universitarios, que "primero deberían pedirles a los universitarios un certificado de que dominan el español".
Los que somos profesores universitarios sabemos que de secundaria llegan a veces alumnos que "no saben ni ponerle la tilde a Panamá".
Por si no lo sabían, nuestro idioma oficial es uno de los símbolos de la Patria.
HAY QUE SENTIRSE ORGULLOSO DE EL.
Se debe intensificar la enseñanza del Español, en todos los niveles. Esto lo comprendió la Universidad de Panamá, al obligar esa materia en los nuevos planes de estudios.
Si no me equivoco, hay disposiciones legales que lo exigen.
La enseñanza del Español debe ser efectiva. Muchos estudiantes sufren "alergia" a esa materia, porque la dan llena de reglas ortográficas y palabras técnicas.
Principal debilidad que tienen los que entran a la "U" todos los años, es que "no saben escribir".
Existen programas en las computadoras que corrigen la ortografía. Eso mejora la redacción, pero nunca puede reemplazar el conocimiento de nuestro idioma.
Profesores universitarios han bautizado como "horrores", algunas fallas del idioma de ciertos alumnos.
Uno de ellos hace años exhibía un examen, donde en una página habían casi cien errores gramaticales... (Record Guinness).