E n voz alta y firme, la alumna dijo que no creía lo que había dicho. Hubo un silencio tenso por unos segundos. Entonces alguien señaló que esas cifras habían sido publicadas en los diarios. Todo se inició cuando dije a estudiantes graduandos de Periodismo, que cada día eran embarazadas tres niñas de primaria y secundaria.
Aunque parezca exagerado, esa información no es invención mía. Proviene de datos estadísticos del Ministerio de Educación.
La pregunta es: ¿Son exactas esas cifras? Hay la posibilidad de otros embarazos no conocidos, tal vez porque la joven se retira de la escuela antes que "aparezca la barriga".
Esas frías cifras muestran que la actividad sexual en Panamá se inicia a temprana edad. Y que a pesar de las campañas del uso de preservativos, esos jóvenes (as) no los utilizan.
Así, pues, no solamente se exponen a un embarazo precoz y no deseado, sino a terribles enfermedades, como SIDA y otras.
Sería bueno que los expertos nos dijeran '¿qué está pasando con nuestra niñez y juventud? ¿Es tanta la curiosidad por los asuntos sexuales que los impulsa a arriesgarse?
Añada a esto los valores. ¿Los padres no le dicen a esos niños-hombres lo importante que es formar una familia, asumir las obligaciones económicas respectivas, tener suficiente madurez para funcionar de manera adecuada como padres y madres?
Aunque ahora ya no ocurre mucho eso de "largar" a la chica que "había metido la pata" , como sucedía en mi época, la realidad es que por lo general esas uniones fracasan.
Irán a formar parte del sesenta por ciento de los niños que nacen en Panamá y provienen de parejas no casadas.
Más de mil niñas y jovencitas quedaron embarazadas mientras estudiaban. Más de cien eran estudiantes de primaria... (en 2008).
No se puede tapar el sol con las manos. Es cierto que como mi estudiante, no es fácil creer esa amarga realidad.
Lo que debemos hacer los miembros de esta sociedad es encarar la situación y buscar la manera de evitar que siga ocurriendo.
Mejorar los consejos familiares y escolares. Reforzar la autoestima y orgullo de nuestra juventud. Orientar esas "hormonas alborotadas" hacia el deporte y otras actividades recreativas, etc.
Solamente los que hayan tenido parientes en estas circunstancias, saben los problemas que provocan esos embarazos precoces.
Nos hemos referido sólo a los embarazos. No hay que olvidar que ellos son producto de una actividad sexual temprana, realizada por gente inmadura. Sería conveniente que Educación hiciera una investigación para conocer la verdad de la actividad sexual en niños (as) y jovencitos.
Seguro que el asunto es más serio de lo que podamos imaginar.
