Brasil optó por la ley del mínimo esfuerzo para derrotar por 3-0 a Australia y continuar su camino a la segunda fase del Mundial de voleibol sin más fallos.
Tras la derrota por 3-1 ante Francia, Brasil necesitaba volver a la senda de la victoria y lo hizo sin gastarse demasiado, pero sin hacer ninguna concesión para rearmarse moralmente.