En este mes, en que le rendimos tributo especial a nuestra querida Patria, la Fundación PROFE se regocija al reproducir, por este medio y para el conocimiento de muchos, un sueño por el cual todos debemos trabajar para que se haga realidad.
Querido(a) Hermano(a):
Hoy debo decir que mi deseo y mi sueño es que en Panamá cada hombre y cada mujer sean respetados y valorados; desde que son concebidos en el vientre materno, hasta que lleguen al ocaso de sus días. Quiero que en mi país todos Viva, Crítica en Líneamos con dignidad, libres de toda discriminación social, política, cultural, racial o religiosa.
Quiero que en Panamá prevalezca la justicia social y la equidad, que no haya muchos en la extrema pobreza y pocos en la opulencia. Que cada niño tenga una escuela digna donde estudiar y los recursos necesarios para hacerlo.
Que los enfermos puedan tener acceso fácil a la salud.
Que cada jefe de hogar tenga un trabajo honrado, estable y justamente remunerado, que le permita cubrir las necesidades básicas de su familia.
Que cada familia pueda habitar tranquila en una casa digna, donde pueda reunirse a comer, a jugar, a orar y a amarse entrañablemente.
Quiero que quienes poseen más riquezas las compartan con los desposeídos.
Que los más fuertes no se desentiendan de los más débiles.
Y que los sabios se responsabilicen de los que permanecen en la ignorancia.
Quiero un país donde se pueda vivir el amor. El amor a Dios y al prójimo como a uno mismo.
Que nos empeñemos mucho más en crecer en el amor y no sólo en mejorar los índices económicos o levantar grandes industrias y edificios irrespetando el medio ambiente.
Hacia el Dios de la Vida. Que le agradezca en cada aurora y en cada crepúsculo por tener una Patria y un País, pero sobre todo, por ser una nación y un pueblo creyente. Hay una nueva esperanza de seguir viviendo y dar Gracias a Dios por Panamá.
