La conciencia le remordió, los nervios la traicionaron y los policías la arrestaron.
Esa historia que vivió Ivone Gordón, de 38 años, es muy parecida a la de muchas otras personas que no pueden disimular el remordimiento de sus acciones ilícitas.
Aparentemente Gordón circulaba por Calle 31, en San Miguel, Calidonia cuando unidades policiales realizaban rondas rutinarias.
Cuentan los testigos del hecho, que los policías ni siquiera habían observado a Gordón, pero ella si los veía con nerviosismo; y como las miradas atraen miradas, los uniformados se percataron rápidamente de su actitud extraña.
Gordón no pudo contener sus nervios y los policías la abordaron para descartar cualquier sospecha que había levantado.
Las unidades del orden público revisaron a Gordón y en medio del procedimiento de rigor le encontraron drogas.
Gordón tenía 22 carrizos plásticos transparentes, los cuales tenían en el interior un polvo blanco, conocido como cocaína.
Además de los carrizos, Gordón también tenía un sobrecito transparente con una bolita color crema, mejor conocida como piedra.
Luego que le encontraron los estupefacientes, Gordón fue conducida a la Sub-Estación Policial de San Miguel, en donde la pusieron a órdenes de las autoridades competentes por el delito de posesión ilícita de droga.
La aprehensión de Gordón se hizo efectiva en la tarde del jueves.
El suceso es una pequeña muestra de lo que les puede pasar a los que andan en actividades ilícitas.