No hay duda que los medios de comunicación, están imponiéndole a nuestra sociedad, la cultura del narcisismo. Los sociólogos están analizando la nueva imagen que ha adquirido la apariencia para la mujer, esa delgadez que autoritariamente la ha obligado al uso de los gimnasios y de las dietas.
Esto no es nuevo, pero, lo que sí es novedoso, es que se ha detectado una estrecha relación entre deseo sexual e imagen corporal. Un estudio habría demostrado que las mujeres que se encontraban poco atractivas, no sólo estaban interesadas en tener menos sexo, sino, que además se mostraban más inhibidas en sus actividades sexuales y sufrían grandes dificultades para excitarse y lograr el orgasmo.
En reportajes aparecidos en internet, se desvela todo un mundo de conflictos por el problema de la sobrevalorización de lo corporal, donde la mujer debe luchar contra los efectos naturales de engorde del embarazo y el posparto.
El tema anterior tiene mucha relación con el último libro de Michele Weiner-Davis intitulado El Matrimonio Privado de Sexo, uno de los libros más vendidos en los Estados Unidos.
Según entrevista realizada a la terapeuta matrimonial, ella resalta la importancia de la vida sexual en los matrimonios. De hecho, no sería un mal matrimonio lo que lleva a una insatisfactoria vida sexual, sino, que ese descontento en la cama, se prolonga a la vida en común y trae como consecuencias el divorcio y la infidelidad.
La terapeuta matrimonial, plantea que cuando existe una brecha sexual en un matrimonio, es un problema de la pareja, no del que tiene menos o del que tiene más deseos. |