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Moradores de Cabuyita, en Pacora, resolvieron el misterio de las gallinas desaparecidas.
Noche tras noche, las familias sufrían el suplicio de amanecer, pues cada vez el rebaño de su gallinero se reducía.
De las gallinas no quedaban ni las plumas. Montaron vigilancias nocturnas y solo alcanzaban a oír el piar desesperado de las aves de corral que eran casi arrastradas por una "fuerza invisible" que pasaba al lado de los dueños de las víctimas emplumadas.
Pero la noche del miércoles, el misterio se reveló ante los ojos de los habitantes. Uno de los afectados decidió atrapar al "Tigrillo" que acaba con el gallinero.
Alrededor de las 9:00 p.m. escuchó el cacareo denotando auxilio. Corrió al gallinero. Una gallina estaba muerta tirada dentro de una bolsa negra y la otra la traía "el tigrillo" en sus manos, aún viva. Cuál no sería la sorpresa del vigilante cuando alumbró el rostro del depredador: un menor de edad conocido en el área.
Las gallinas eran de engorde para las fiestas de fin de año. |
