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Los restos de la tragedia son la mejor prueba del dolor que aqueja a los habitantes de Nueva York al igual que a los dominicanos. Foto AP  |
Los investigadores examinaban minuciosamente el martes los restos de un avión que se estrelló en un barrio residencial de Nueva York en busca del grabador con los datos del brevísimo vuelo, una de las dos "cajas negras".
El Airbus A300, que hacía el vuelo 587 de American Airlines rumbo a República Dominicana, se precipitó el lunes por la mañana menos de tres minutos después de despegar del Aeropuerto Internacional Kennedy sobre varias casas del sector Rockaway, en el distrito neoyorquino de Queens, y murieron por lo menos 262 personas.
Entretanto, algunos familiares de las víctimas se reunían con la esperanza de que sean recuperados los cadáveres. "Todavía no sé si ellos la encontraron", dijo Guillermina Roy, de 18 años, cuya madre figura en la lista de desaparecidos por el desastre. Roy era una de las aproximadamente 25 personas reunidas afuera de un centro de asistencia familiar, cerca del Centro de Convenciones Jacob Javits.
Digna Roy, de 44 años, vivía en Santo Domingo, y había viajado la semana pasada a Nueva York para visitar a un oftalmólogo, relató su hija. El desastre, a dos meses de los atentados en que se destruyeron cuatro aviones de pasajeros secuestrados, renovó los temores sobre otro posible hecho terrorista. Pero las autoridades dijeron que los primeros indicios apuntan a un accidente.
Basan su conjetura en las comunicaciones registradas en el grabador de la cabina, aunque siguen buscando entre los restos la "caja negra" que registra la velocidad y el instrumental del avión. No obstante, las autoridades no han descartado totalmente la posibilidad de un sabotaje.
"No vamos a excluir esa posibilidad hasta que la investigación avance más", dijo el martes George Black, miembro de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, a la cadena televisiva NBC. "Las comunicaciones de cabina fueron normales hasta pocos segundos antes de estrellarse", dijo Marion Blakey, titular de la junta.
Todas las 260 personas a bordo del Airbus A300 de fabricación europea murieron, dijo la aerolínea. Además se reportaron cinco desaparecidos en el barrio de Belle Harbor, dijo el alcalde Rudolph Giuliani.
Giuliani dijo el martes que se extrajeron 262 cadáveres de entre los escombros, además de 180 restos humanos. Según la policía, entre los cuerpos se halló el de un hombre que sostenía en brazos a un bebé.
El lunes, el subcomisionado de policía, Joseph Dunne, dijo que se han extraído 265 cadáveres. Dunne no dio detalles acerca de cuántas personas murieron en tierra, pero dijo que de seis a nueve personas en el vecindario están desaparecidas. Con ayuda de lámparas, la búsqueda continuó durante la noche, mientras los bomberos y los sabuesos hurgaban entre los escombros.
DESCONSUELO EN LA REPUBLICA DOMINICANA POR AVION ESTRELLADO EN NY
Los familiares de las víctimas tratan en medio de su congoja de determinar la suerte sus parientes en el avión vuelo 587 de American Ailines que se desintegró en tierra poco después de despegar en Nueva York. El aparato, con 260 personas a bordo, se precipitó en un barrio residencial a ocho kilómetros del aeropuerto Kennedy. La mayoría de los pasajeros eran dominicanos, dijeron funcionarios de la aerolínea.
El presidente Hipólito Mejía emitió un decreto de tres días de duelo a partir del martes. Uno de los casos más dramáticos es el de Yolanda Mayor, de 26 años de edad, quien había sobrevivido el ataque a las torres gemelas ese 11 de septiembre y parece haber muerto en el accidente aéreo del lunes.
Virginia Hernández, de 53 años, madre de Mayor, indicó que su hija tenía pasaje a bordo del vuelo 587 pues regresaba a Santo Domingo para recoger a sus dos hijos menores, Ambiorix David, de tres años de edad y Yarilady, de un año.
"Estoy esperando noticias mi hija...espero que esté bien...si no...que sea la voluntad de Dios", dijo la madre de la pasajera mientras esperaba en el terminal del aeropuerto dominicano. El vuelo debía llegar al aeropuerto internacional Las Américas, de Santo Domingo, a las 12:51 pm (1651 GMT) del lunes. Mucha gente en esta nación había aguardado años para reunirse con sus seres queridos. "¡El niño no, por favor, el niño no!", gimió Germania Brito, que esperaba la llegada de su hermana Mariana Flores, su cuñado John y el hijito del matrimonio Isaías, de 2 años. "Dios nos ayude". |