Las investigaciones que adelanta el Ministerio Público por la muerte de Enelda Camarena, macheteada por Humberto Venado, han descubierto un crimen de terror.
Trascendió que Venado hirió a Enelda, y cuando ésta cayó al suelo, él pensó que ya la había matado y se enterró el machete el mismo en el abdomen provocando que se le salieran los intestinos y las vísceras, pero vio que la mujer-mal herida-se levantó para correr por su vida.
El homicida se armó de fuerzas y se agarró los órganos que le salían del cuerpo; persiguió a la mujer de 26 años, con la que había tenido una relación amorosa, y con el filo del machete le arrancó la vida dejándole caer el arma en más de cinco partes del cuerpo.
Esta semana se informó que Humberto Venado todavía sigue hospitalizado en el "Chicho" Fábrega, en Santiago, Veraguas, donde le salvaron la vida después que fue trasladado en un helicóptero el día del homicidio.
Según el personero Erick Bonilla, quien realiza las investigaciones por parte del Ministerio Público de Chiriquí, recientemente se trasladó hasta el hospital en la ciudad de Santiago para tomar la declaración indagatoria de la cual el sindicado se abstuvo de participar utilizando sus derechos constitucionales.
TESTIMONIOS
El que sí declaró fue un ciudadano norteamericano perteneciente al Cuerpo de Paz, que fue testigo de la aterradora escena ocurrida la mañana del 15 de octubre, en la comunidad de Tijera, distrito comarcal de Muná, entrando por Tolé.
Bonilla dijo que el testigo narró bajo juramento las circunstancias de tiempo, modo y lugar de la escena del asesinato, además de dar una versión que ha servido al Ministerio Público para esclarecer el hecho.
"Él narra que el señor Humberto se abalanzó contra la señora y le quitó la vida a punta de machetazos", confirmó el funcionario.
Luego de esa declaración, el estadounidense regresó a su país, producto de la impresión que se llevó al ver de muy cerca a un hombre furioso matando a machetazos, a su mujer.
Todavía se mantiene la detención preventiva de Venado que con 30 años, tendrá que afrontar la investigación que lo ubica a él como el único sospechoso del crimen de la que fue su mujer.
Al momento del homicidio, el sindicado tenía pocas horas de haber llegado desde la ciudad capital, donde trabajaba.
Los familiares de la víctima fatal creen que el suceso fue motivado por los celos del hombre que en meses anteriores había sido amonestado con una boleta de alejamiento de la que después fue su víctima.