Imagínese usted, estimado lector, cómo se sentiría o cuál sería su estado anímico si le informaran que tiene que esperar hasta el 2015 para salir en libertad, a raíz de estar implicado junto a otro individuo en un crimen tan atroz como el perpetrado contra la joven Amparo Morales, la noche del 20 de septiembre de 1995.
Por ahora esa es la posición jurídica de Carlos Manuel Fuentes Ortega y Severino Tenorio Valdés, quienes en pocos minutos perpetraron el horrendo crimen en un apartamento 14-14 de la sección B, Edificio Tuira, en donde residía Carlos junto a sus padres.
Otro tercer implicado el taxista Rony Aparicio, acusado de encubrimiento fue exonerado de toda responsabilidad de este macabro suceso, pues solo se limitó a transportar al vertedero de basura de Cerro Patacón el cuerpo picado en pedazos de la infortunada Amparo Morales.
Pero siempre queda una pregunta en el ambiente, desde aquella macabra noche del 20 de septiembre de 1995.
Donde quedó la cabeza de Amparo, quizás en Cerro Patacón, se quedaría en el camino, la botaron al mar, fue enterrada en otro lugar, estas interrogantes siempre han quedo en el aire, pues nadie ha dicho nada al respecto en estos últimos doce años.
En parte del fallo sobre el escalofriante crimen, producto quizás de los celos de Carlos hacia Amparo, cobra especial interés recordar parte de la sentencia fechada 28 de agosto de 1997 emitida por el Segundo Tribunal Superior de Justicia.
"La conducta reprochable consiste en la acción llevada a cabo con premeditación, intención, voluntad. Se estableció en la tipificación delictiva de la sentencia del tribunal".
"El hecho punible fue llevado a cabo por motivos fútiles y medios de ejecución atroces", precisó parte de la sentencia dictada por los magistrados del Segundo Tribunal Superior de Justicia.
Por ironías del destino, Carlos y la pobre Amparo se conocieron durante un curso de computadoras, el cual se realizaba en el Instituto Tecnológico de Computación-INTEC, localizada en El Cangrejo.
Fue como quien dice amor a primera vista, pues los dos jovencitos quedaron locamente enamorados uno del otro.
Pero siempre el maldito hace mellas en el corazón, pues al parecer Carlos recibió información de que la inquieta Amparo andaba supuestamente en malos pasos amorosos con un ingeniero.
Por eso, entre los dos, o sea Carlos Manuel y Severino decidieron darle un susto a la muchacha, pero con tan mala suerte que se les fue la mano con su trágica muerte.
Darío Morrice Carrillo, defensor del hoy detenido Carlos Manuel, señaló sin ambages que su cliente fue víctima de las circunstancias, de la violenta campaña desplegada por un medio de comunicación social y lo más reprochable que Carlos Manuel fue objeto de burlas, en vista de que era tuerto del ojo derecho.
Por ahora, tanto Carlos Manuel Fuentes Ortega y Severino Tenorio Valdés, siguen detenidos en El Renacer, en espera paciente de que llegue el año 2015 para recuperar su libertad.
Pero, después de doce largos años, la interrogante sigue en pie: ¿dónde está?, ¿qué hicieron con la cabeza de la infortunada Amparo Morales?