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El etiquetado nos brinda la información del producto.  |
Cada vez son más las personas sensibilizadas con temas de alimentación y nutrición que se preocupan de conocer con más detalle cualquier aspecto relacionado con su dieta, porque saben con certeza el vínculo tan estrecho que existe entre lo que comen y su estado de salud.
Hay quienes consideran que llevar una dieta equilibrada y saludable es incompatible con los tiempos que corren, donde la falta de tiempo y la inexperiencia culinaria, son dos inconvenientes a la hora de llevar a cabo numerosas tareas vinculadas con la alimentación: la compra, la preparación de los alimentos, la planificación de menús...
En este sentido, los avances tecnológicos aplicados a la industria alimentaria hacen posible que en los últimos años haya surgido infinidad de productos ya preparados y listos para su consumo, u otros que requieren una preparación culinaria muy sencilla para ser degustados, con el fin de facilitar la vida al consumidor actual.
Sin embargo, dada la enorme la variedad de alimentos y productos que tenemos a nuestro alcance, a veces nos resulta complicado escoger, en parte porque desconocemos los efectos que puede tener uno u otro producto para nuestra salud.
EL ETIQUETADO
Dedicar unos minutos a leer la etiqueta de los alimentos es una tarea necesaria, que sería conveniente convertir en un hábito. Las etiquetas de los alimentos aportan una información muy útil para el consumidor que le permite, además de conocer las principales características de los productos que ingiere, hacerse una idea aproximada de la relación entre el precio y la calidad del alimento en cuestión.
Revisar el etiquetado es la única manera de conocer con seguridad los ingredientes que lleva el producto elegido: la lista de ingredientes aparece por orden decreciente a su peso, incluidos los aditivos, dato interesante para poder compararlo con su equivalente de otra marca y de menor precio.
En ocasiones, si el producto está conservado en un envase opaco, nos dejamos llevar por la imagen del envase, que nos muestra un producto muy apetitoso, y la sorpresa nos la llevamos cuando comprobamos que el contenido real del producto poco tiene que ver con la ilustración. |