La gente se mete a los gimnasios más caros y se compra los aparatos de ejercicios más complicados del mundo para mantener la buenan salud. Prueban todas las dietas de moda que ven en internet y las revistas. Se meten vainas raras con sabores horribles solo porque alguien en la televisión les dijo que eso era la panacea para la salud y mantener la línea. Y cuando nada de eso funciona -que es casi siempre- entonces las liposucciones y las reducciones de estómago hacen el trabajo.
Si tan solo entendiéramos que las cosas más sencillas de la vida son las mejores, nos ahorraríamos mucho dinero y dolores de cabeza. Ahí está la alimentación sana; ahí están las frutas, las nueces y los cereales; ahí está la carne magra y la carne blanca sin grasa, y preparada al horno o a la plancha. Y sobre todo, ahí está el agua, en grandes cantidades, y lo mejor de todo, gratis.
En serio. Muchos ignoran que el bajo o nulo consumo de agua trae grandes calamidades.
¿Que por qué hay que tomar agua, con tanta soda, kool aid, chicha azucarada y cerveza? Ok, comencemos.
El cuerpo humano está constituido en dos terceras parte por agua, y debido a esto el agua cumple con múltiples funciones como mantener la temperatura corporal estable, transportar alimentos, desechar toxinas entre otras muchas funciones.
No consumir suficente agua trae deshidratación, y la deshidratación trae estreñimiento, problemas de articulación, piel áspera, o problemas con la orina como la formación de cálculos, arenillas o infecciones urinarias.
En un país tan caluroso como este, no tomar agua puede resultar en dolencias de salud. Un golpe de calor puede causarnos calambres, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, confusión y desorientación y debilidad, además de bajo rendimiento en nuestras actividades.
Además, la ingesta regular de agua nos ayuda a tener una piel más sana y retrasa los efectos del envejecimiento (este dato va para esos que se la pasan de dieta en dieta).
Los requerimientos diarios de agua en un ser humano promedio rondan entre 2 y 2 y medio litros, que nos llegan a través de los alimentos y líquidos que consumimos. Para resumirlo en términos de vasos de agua, hablamos de 8 a 10 vasos por día.
Es sorprendente que en un país como Panamá en el que hay recusos hídricos de sobra, y en donde aún tenemos una buena calidad de agua potable, que puede ser consumida directamente del grifo, tantas personas la tengan apartada.
Jueguen vivo, porque la falta de agua tarde o temprano nos va a pasar la factura.
