No crean que la diabetes en los niños es difícil de diagnosticar, es más fácil de lo que muchos creen.
La diabetes se detecta fácilmente por la presencia de glucosa en la orina y por su tasa elevada en la sangre, tras unos análisis.
Los síntomas que antes han sido enumerados hacen pensar en la posibilidad de que el niño sea diabético, por lo que hay que llevarle inmediatamente al médico, quien diagnosticará si existe la enfermedad.