La espada libertadora del Genial Libertador, Simón Bolívar, pensó otorgarle a los istmeños su anhelada independencia pero por incidentes de la guerra los deseos del insigne Bolívar no se cristalizaron.
Estando el Istmo bajo la jefatura gubernamental de un militar panameño, el distinguido Coronel don José de Fábrega, animó los anhelos libertarios de los istmeños de proclamar la independencia rompiendo las cadenas que nos ataban al poder monárquico y absoluto de España.
El Primer Grito de Independencia de la Heroica Villa de Los Santos fue dado el 10 de noviembre de 1821, siguiéndole otros pueblos del interior, entre ellos Las Tablas, Natá, Chitré, Santiago y Pesé, adelantándose éstos a los planes de los dirigentes del Movimiento Separatista que habían escogido la fecha del 8 de diciembre de 1822 para proclamar la Independencia del Istmo.
La gesta gloriosa del 10 de Noviembre de 1821 es de gran significación histórica para la Patria Istmeña, ya que nuestro Primer Grito de Independencia repercutió en los corazones de todos los panameños, quienes con inquebrantable fe en nuestro querido Istmo, con valentía y coraje, tomaron las armas de la libertad y de nobleza hidalga, que lo arriesgó todo, para lograr romper las cadenas de la esclavitud.
Un minuto de respetuoso silencio ante las tumbas de los Próceres del 10 de Noviembre de 1821, entre ellos el Coronel, Segundo Villarreal, Rufina Alfaro, los hermanos Salado y Chávez, quienes merecen el agradecimiento de todos los panameños, porque ellos fueron los forjadores de nuestra nacionalidad, auténticos Padres de la Patria, y un fraternal abrazo al digno pueblo de la Heroica Villa de Los Santos, que celebra con legítimo orgullo, tan magna fecha, rodeada del amor y gratitud de la República, que hoy ve regocijada el dinámico y tesonero trabajo, progreso, unión y lealtad de sus hidalgos hijos, quienes siempre han contribuido a la consolidación de la excelsa y eterna panameñidad.