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Traté de arreglar los malos entendidos con su pareja antes de que sea demasiado tarde.  |
Sabes que tenías la razón, ya estaba ganada, pero la manera en que lo expresaste fue como acercar un cerillo a una mecha lista. Tanto así que una bobería que pudieron resolver juntos fácilmente, como en otras ocasiones, se convirtió en un conflicto del que quedaste arrepentida y sin solucionar nada... Es entonces cuando te dices: ¿para qué abrí esta bocota?
Hablar o callar es una expresión del nivel y la calidad de la comunicación en una pareja, al punto que quizá no sólo cuente lo que se dice, sino cómo se dice. Por ello, a veces es mejor callar y esperar un mejor momento para expresar lo que pensamos. En otras ocasiones lo más prudente es pensar dos veces qué se quiere decir, y en otras será mejor "contar hasta diez" antes de dejar salir nuestro enojo o franca agresión.
Ya lo dicen las abuelas: En tratándose de diferencias, que en alguien quepa la prudencia. Las siguientes son algunas situaciones características en estas formas de comunicación o incomunicación, que ambos debemos cuidar en todo momento. Si te son útiles, imprímelas y compártelas con tu pareja.
"YO LO SE TODO"
Una de las actitudes que más pueden molestar de la pareja es esa chocosa actitud de sabihondos o marisabidillas. El o ella cree que sabe más, inclusive lo que el otro o la otra van a decir ¡y hasta pensar! Resulta petulante y ofensivo que, en medio de una discusión, alguien salga con un "¡ya me esperaba que dijeras eso!".
LOS BUSCAFALLAS
Descalificar lo que él o ella hacen, tampoco ayuda a resolver nada. Cuando alguno de los dos enfatiza en los "nunca" o en los "siempre", el fracaso está casi asegurado. No es difícil escuchar: "siempre me ninguneas", "nunca me comprendes", "jamás me ofreces ayuda", "siempre te equivocas" o "siempre lo haces mal"; todas esas palabras dejarán a nuestra pareja sin deseos de volverlo a intentar. |