CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, no me tomo tiempo para Dios
Todos los días nos levantamos apurados, corriendo para que no perder el bus que nos ha de llevar al trabajo. Otros, quienes no tienen empleo, se levantan tal vez con la esperanza de encontrar uno, y así salen a la calle, henchidos de anhelos. Pues esa es la corriente de estudiantes, obreros, intelectuales, amas de casa, y demás: levantarse y correr a la calle, para ganarse el pan y sembrar la vida con sueños. Pero pocos se acuerdan de Dios. Pocos elevan una oración ofreciendo los frutos del día, sean los que sean. Dios es un asunto abstracto, vacío, alejado de toda cuestión vital de los panameños. Es algo así como un adorno en la mente, guindado en la pared de la sala de estar en la conciencia. Pero no vivo ni útil.
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