CUARTILLAS
Leyendas
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
Algunos jóvenes exaltados del Instituto Nacional gritaron: ¡"Vamos a Catedral a tumbar los bustos de los próceres traidores"! Y varios se levantaron de sus bancas. Pero no recuerdo bien qué argumentos mencionaron otros, que hicieron bajar la efervescencia y los ánimos se enfriaron...Y los bustos siguieron en el Parque Catedral. Siempre recuerdo ese incidente cuando estamos en el llamado "mes de la Patria". Pertenecí a una generación muy nacionalista y patriótica, que se preocupaba por conocer las diferentes "leyendas" que circulaban sobre la realidad de la separación de Colombia, el 3 de noviembre de 1903. Eramos jóvenes curiosos y varias veces arrinconábamos a profesores timoratos, que no querían comprometerse hablando sobre las relaciones de Panamá y Estados Unidos, y el papel de los gringos en la separación de Colombia. Una de las leyendas era la llamada "negra" o negativa. Sostenía que lo del 3 de noviembre no fue más que una burda maniobra del "imperio yanki", que necesitaba un Canal por Panamá para mantener su hegemonía comercial mundial. Según esta leyenda, los próceres no fueron más que instrumentos de la potencia norteamericana. La frase del presidente de Estados Unidos del momento, que señalaba que "yo me tomé a Panamá", era un argumento que sostenía este planteamiento. Por eso algunos de mi generación querían ir a derribar los bustos de los que consideraban próceres "traidores", vendidos a los Estados Unidos. Pero también circulaba la llamada "leyenda blanca", o positiva. Sostenía que desde que Panamá se unió a la Gran Colombia (buscando un socio más fuerte que evitara que España la reconquistara), los panameños quisimos separarnos porque comprendimos que "no había sido un buen negocio esta decisión". Y se mencionaban los variados intentos separatistas que fracasaron por la superioridad militar colombiana (incluyendo el famoso Estado Federal panameño). Así que lo del 3 de noviembre no fue más que la culminación de un largo proceso separatista, que respondía a la necesidad de los panameños de ser dueños de su propio destino. Bueno, han pasado más de cuarenta años desde que dejé el Instituto Nacional, y según veo, a las actuales generaciones no les importa eso de que si los próceres actuaron bien o mal el 3 de noviembre... (y seguirán sus bustos adornando nuestros parques, sin temor que jóvenes molestos los ataquen). Lo cierto es que ahora pienso que hubo ingredientes de las dos leyendas en el movimiento separatista del 3 de noviembre. Nadie me puede negar que los Estados Unidos necesitan el Canal para expandir su poderío económico y militar (las dos guerras mundiales lo confirmaron). Tampoco alguien puede "meter la mano al fuego" por los próceres y sus razones para alejarnos de Colombia. Pero, es indudable que en los corazones de muchos panameños anidaba el deseo sincero de ser independientes, dueños de nuestro destino. Después de todo, los próceres nos dieron una patria, y tuvieron que actuar según las circunstancias del momento. Eramos un país muy primitivo, cosa que no sucede actualmente. Por eso debemos perfeccionar cualquier aspecto negativo de nuestra independencia. Ahora no hay excusas para no hacerlo bien....
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