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Todos sus sueños son una realidad
Yodalis Bethancourt
Crítica en Línea
"No todo terminó ahí", señala Didio Ruiz, que ahora tiene 30 años de edad, luego de 15 años de haber perdido su pierna derecha a consecuencia de un "sarcoma óseo en el fémur derecho" bastante avanzado, que le diagnosticaron en 1985, cuando se preparaba para una competencia de maratón. Confiesa que el período posterior a la amputación de su pierna no fue nada fácil, ya que volver de pronto al colegio Pedro Pablo Sánchez de La Chorrera donde estudiaba el Bachiller en Ciencias, completamente calvo por la quimioterapia y con una sola pierna, lo hacía el centro de atracción del colegio. "Muchos aspectos cambian en la vida de uno, algunas amistades te abandonan y personas que nunca han estado al lado tuyo se acercan más a ti", expresa Didio al recordar los momentos difíciles que le tocó vivir luego de la operación. Se gradúa de bachiller en ciencias, pero no sabía hacer nada, por lo que decidió capacitarse en el área de la informática, tomándolo en un principio como un pasatiempo, hasta que poco a poco se fue convirtiendo en su carrera, permitiéndole bastarse por sí mismo, sin ser una carga para su familia. En 1991 entró en el Club Enduro de Motociclismo de La Chorrera, donde tomó una gran experiencia, que le permitió darse cuenta que podía hacer muchas cosas. Posteriormente ingresó a las competencias de Kartin (carreras de autos, tipo fórmula uno, muy veloces) que se realiza en Coronado, donde actualmente es el encargado de contar las vueltas que cada corredor realiza dentro de una pista y decir quien gana y quien pierde, esa misma labor hace desde hace 10 año en el motociclismo. Hace un año trabajando como investigador histórico en la biblioteca de la Comisión del Canal, se le asignó investigar sobre la historia de la aviación en Panamá, para lo cual tuvo que leer los periódicos desde 1910 hasta 1970. Fue allí donde al ir a sacar una fotocopia, se encontró con una pancarta que decía que las personas impedidas que tuvieran interés en realizar un salto en paracaidismo podían asistir al área de Coronado. Según Didio en el fondo ese había sido un deseo que siempre había tenido, ya que por vivir próximo a los terrenos de la Feria de La Chorrera, tenía la oportunidad de ver de cerca los paracaidistas que participaban en el evento. "Yo lanzaba mis paracaídas de juguete con un soldadito bien alto y decía algún día yo voy a saltar, a veces me escondía de la Fuerza de Defensa y me cruzaba con ciertos paracaidistas y curiosamente uno de esos es mi instructor ahora", comenta Didio. A pesar que está fascinado por los conocimientos adquiridos en materia de paracaidismo, admite que se trata de un deporte con mucho riesgo, ya que hay que tomar en cuanta que uno está a 3,500 pies de altura y sólo tiene 10 segundos para abrir un paracaídas. "Yo me pongo a pensar que dirían los médicos que me ayudaron durante mí enfermedad, le salvamos la vida aquella vez y ahora Didio se quiere matar lanzándose de 3,500 pies de altura", comenta la fuente. Pese a todos los riesgos, los deseos de Didio se hicieron realidad al participar en un salto de paracaídas, que por primera vez realizaba una persona impedida. Eso ocurrió en el sector de Coronado en Chame, pero afortunadamente todo salió bien. Su instructor lo felicitó al final, ya que como le dijo "aunque no dio en el blanco la experiencia fue buena por ser la primera vez". Didio recuerda que cuando se le comunicó que padecía de cáncer en la pierna, fueron como cinco personas más tenían la misma enfermedad, todos eran menores de edad y de todos él fue el único que sobrevivió. Este salto fue tan importante en la vida de Didio que se lo quiso dedicar a toda la gente que sufrieron una grave enfermedad en su juventud, que les impidió realizar una vida normal como hubieran querido y a otras que a los 30 años, que son los que tiene él ahora, les dio una enfermedad que no tiene remedio. Didio Ruiz es un joven que a pesar de su condición física limitada por no contar con sus dos piernas, ha sido agraciado en su capacidad intelectual, ya que todos sus estudios universitarios en la licenciatura de Historia que ya terminó, la hizo besado, fue también el mejor en historia. Desdichadamente, no todo es parejo en ésta vida, así lo deja entrever Didio, cuando con cierto sinsabor confiesa que ha llegado a tener novia, pero ha tenido la oposición de sus padres, que le han dicho "vas a tener que dejarlo porque él está así". Dice que en una ocasión tuvo prótesis, pero para aquel entonces eran muy pesadas porque eran de fibras de vidrio, pero si ahora alguien quisiera ayudarlo para conseguir una más moderna y cómoda, estaría dispuesto a aceptarla. Lamenta, que todavía la sociedad mire al impedido con lástima, ya que a él le ha tocado vivir en carne propia, el hecho de que alguna persona lo pare en la calle y le diga "oye ve, coge estos 25 centavos y cómprate una soda, "sin embargo la mayoría de las cosas buenas que yo he hecho, han sido con una pierna no con dos, porque casi se puede decir que vivo de mis brazos". Luego de del salto de paracaidismo que intenta realizar, su segundo gran reto es recibir su diploma universitario de licenciatura en Historia, ya que en su casa nadie lo ha hecho, por lo que sería el primero en lograrlo. Comenta, que a pesar que se inventó una Ley para los impedidos, las empresas no les dan la oportunidad y los que lo hacen, piensan que le están haciendo un favor o los explotan, sin reconocer el verdadero talento que poseen. A las personas que como él tienen algunas limitaciones físicas, les dice que "la vida no termina allí, ya que muchas cosas han cambiado y hoy día para triunfar no se necesita mucho la fuerza sino el cerebro y mientras esté bien todo lo demás camina bien".
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