|
EDITORIAL
La privatización y sus efectos
A los panameños les aterra oír hablar de la privatización de los servicios públicos porque ello significa el encarecimiento de los mismos y una baja eficiencia. La mejor prueba son los teléfonos y el servicio de electricidad, donde se ha triplicado la tarifa, causando malestar en el pueblo panameño. Ni el Ente Regulador ni la CLICAC, han podido solucionar este problema que presuntamente depende del alza del petróleo. Los constantes apagones proyectan una pésima imagen de las empresas eléctricas que atienden el sistema. Y el inminente aumento de la tarifa del servicio telefónico es un rudo golpe a la escuálida economía del pueblo panameño. En razón de ello, debemos desconfiar frente a un intento de privatización como lo es el caso del agua, aunque las autoridades han reiterado que el IDAAN no será privatizado. A los panameños nos vendieron la idea de que todo iba a ser mejor con la privatización ya que el Estado era muy mal administrador de los servicios públicos. Sin embargo el tiempo ha demostrado todo lo contrario y vemos un aumento desmedido en las tarifas de luz y teléfono y una baja calidad en los servicios que prestan en la comunidad. Los panameños resentirán que se aumente a 27 balboas la tarifa estándar de los teléfonos residenciales, cuando antes se pagaban 10 balboas y luego con la privatización se elevó a 24 balboas. Como podrán observar, hay evidencia de cuando muere una ilusión, por el engaño de convertir a los usuarios en clientes, cuando antes estaban amparados por el aspecto social que distinguían a esas instituciones. El Hipódromo Presidente Remón no es un buen ejemplo de las citadas privatizaciones y ahora está en turno el Centro de Convenciones ATLAPA. La codicia de despojar al Estado de todos sus recursos, es animada por aquellos que cuestionan la eficiencia oficial, sin considerar que son los malos funcionarios los que llevan a las empresas estatales a la bancarrota y a la ruina económica. El modelo de las privatizaciones ha fracasado en numerosos países de América Latina, por lo que el tercer mundo ya no puede subsistir con la quimera de este modelo económico.
|
PUNTO CRITICO |
 |
|
