Obispo busca regenerar a pandilleros y crear conciencia sociedad
San Salvador
ACAN-EFE
El obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, afirmó hoy que busca regenerar a millares de jóvenes involucrados en las pandillas o "maras" y crear conciencia en la sociedad sobre su responsabilidad en ello. Rosa Chávez se reunió con un grupo de periodistas de medios locales e internacionales para explicar los alcances de un programa de rescate que impulsa a través de la Comisión Nacional de Pastoral de Niños y Jóvenes en Crisis, que se inició hace cinco años, pero que no ha tenido una difusión masiva. El prelado indicó que el proyecto tiende a expandirse por lo que ahora es el momento de que otros actores de la sociedad como los medios de comunicación, las universidades y otras instituciones educativas así como el Gobierno deberá involucrarse de manera decisiva. "Los medios son un factor determinante para la educación del pueblo", dijo Rosa Chávez, tras señalar que los contenidos de los programas de televisión fomentan la violencia social, aparte de otros factores como la violencia dentro de la familia, la falta de educación a nivel general, el desempleo, la exclusión y la creciente pobreza general que vive el país centroamericano. Las pandillas mantienen presencia a nivel nacional en zonas urbanas y rurales donde se organizan en barrios y cantones en los que ejercen "control" territorial y cometen todo tipo de fechorías aparte de mantenerse en constante conflicto, que a menudo deja muertos y heridos, con las bandas rivales. La investigadora argentina Marcela Smutt, quien desarrolló en 1998 una amplia investigación denominada "El fenómeno de las pandillas en El Salvador", dijo que según diferentes estudios, a pesar de que no se dispone cifras oficiales sobre el número de jóvenes que pertenecen a "maras", otros estudios los calculan en un promedio de 25.000 a nivel nacional. Smutt señala en su estudio, que realizó en la zona de San Bartolo, un complejo de fábricas y numerosas colonias de clase baja situada en el este de San Salvador, que los orígenes de las pandillas no pueden definirse con exactitud. No obstante, señala que una de las principales causas del surgimiento de las pandillas son las deportaciones de salvadoreños indocumentados de EEUU donde habían fundado y pertenecido a esos grupos. "Hasta fines del conflicto bélico (1992), el tema de las 'maras' o pandillas no tenía gran relevancia en la opinión pública y hasta principios de la década de los años noventa cobró un inusitado valor", señala la investigadora en el estudio. Según Smutt, nueve de cada diez pandilleros, cuya edad promedio es de 17 años, expresan su deseo de "cambiar de vida" pero aseguran que en el país nos existen oportunidades para ello. Además, el 80 por ciento de ellos no estudian, el 70 por ciento no trabaja, el 60 por ciento vivió durante la pasada guerra civil (1980-1992) y el 30 por ciento han sido deportados de los Estados Unidos. Las pandillas que tuvieron sus orígenes hace unas dos décadas en las calles de Los Angeles (EEUU) son la "Mara Salvatrucha (MS)" y la "Mara Dieciocho (M18)" las cuales se "disputaban" el control de territorios urbanos en esa ciudad y que tras ser deportados sus cabecillas prosiguieron esos pleitos en el país centroamericano. No obstante, en otros países de la región como Honduras y Guatemala se repite el mismo fenómeno de las pandillas donde existen "sucursales" de la MS y la M18, de acuerdo con los especialistas.
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