CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo,
no soy cortés con las mujeres
La galantería,
la mano de seda en favor de las mujeres, es pieza de museo. Ya
no se ven cuidados especiales de caballerosos señores
en la calle, en favor de damas, le sean extrañas, o no.
El trato de unos con las otras es ordinario, deslucido, frío
y tosco. Se tratan con rigor, con poca sutileza y sin respeto.
Y lo advertimos porque el trato áspero es en dos vías.
No obstante, se resiente más cuando son los hombres
quienes tratan a las féminas como objetos, como sujetos
indignos, como animales.
¡Qué tiempos aquellos cuando la mujer era siempre
considerada una joya, bella flor que merecía todos los
favores de los hombres!
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