Saludos amigos y amigas del béisbol, bienvenidos a otra jornada de la pelota criolla, hoy con una resaca o sueño de ese vieje a Lu Kuang, en Taiwán, donde se nos ha dejado a la espera de una sede, que creo, nunca llegará.
El romance que tiene IBAF con MLB y que pareciera haber una especie de amorío especial, me pone a pensar que la IBAF vendería su honor y tradición por unos dólares de más. Vamos a los cortitos de hoy...
Lu Kuang... hoy, cuando ustedes lean esta columna, ya debo haber salido de Taiwán. Según el horario, debo estar en Hong Kong, primero Dios. Al redactarla es las 1:00 a.m. del 3 de noviembre, por lo que pasarán más de 15 horas, para que se puedn leer desde que la escribí.
Cambiamos dólares... fue un problema por el idioma, pero se cambió el dinero. Fueron 40 dólares, me entregaron 1,200 NT, la moneda de acá, me gaste 25 en una guayaba que acá le dicen "bará" y unos 115 NT en una doble cuarto de libra con queso en McDonalds, por lo que me quedan unos mil NT aún que no pude consumir.
Un paisano casi colonense... El gerente del Banco Internacional hablaba inglés y nos ayudó a cambiar los 40 dólares. Para sorpresa había estado en Colón hace 20 años, cuando aún el canal era de los gringos, y no existía la Cinta Costera.
Lu Kuang es como Las Tablas... Me decía el gerente del Banco Mega que Lukuang es una ciudad donde la gente realmente esta los fines de semana. Las calles vacías, poco tráfico y los almacenes o restaurantes sin compradores. Yo le dije, entonces es una ciudad como Las Tablas, donde pasa igual, poca gente y la gente sólo va para Los Carnavales... por supuesto, que no me entendió y los tableños tampoco.
Y la guayaba... Si Rubén Blades hubiera buscado guayaba en Lu Kuang, como pregonaba en la canción, seguro se hubiera llenado, pero super llenado los bolsillos. Acá la libra de "bará" o guayaba cuesta menos de cincuenta centavos y por 25 NT unos 75 centavos me dieron dos guayabas inmensas que estaban superdeliciosas. En Panamá, tenemos de esas guayabas, pero son carísimas.
Eso es todo por hoy, nos vamos sin sede, manos vacías, pero con un recuerdo muy bonito de Taichung... y Lukuang.
!Viva el béisbol!