El corregimiento de Chilibre, en el área de norte de la ciudad de Panamá, se encuentra en el ojo de la tormenta.
A sus tradicionales problemas de basura, infraestructura pública, transporte y vivienda, hay que sumar la falta de seguridad, que aunque no es una problemática exclusiva de este corregimiento, los últimos acontecimientos violentos que se han dado allí, han vuelto los ojos de la ciudadanía a ese sitio.
La violación de una maestra de 23 años, en el Centro Básico Tomás Arias, recientemente, frente a sus estudiantes del programa de alfabetización del Ministerio de Educación, ha hecho que suene el campanazo de un viejo problema que agobia a los chilibreños.
Moradores denunciaron que son víctimas frecuentes de asaltos en las paradas de buses y camino a sus casas, debido a la falta de vigilancia y luminarias, además de la existencia de sitios apartados que se han prestado para la comisión de otros actos delictivos, como violaciones carnales.
De esta espiral de inseguridad que vive el apartado corregimiento capitalino no se han salvado ni las autoridades del lugar, que han sido víctimas de amenazas de muerte y atentado contra la vida y propiedades de los miembros de la Junta Comunal.
El pasado 26 de octubre, el centinela Tomás Guevara fue atacado por desconocidos que por poco acaban con su vida.
El afectado dijo haber dejado la puerta abierta del local y cuando regresó para cerrarla fue agarrado por un individuo, tirado al suelo y golpeado en la nuca, cabeza y la espalda.
La representante de Chilibre y presidenta del Consejo Municipal de Panamá, Lourdes Romero, ha sido víctima de amedrentamientos y vandalismo contra sus propiedades.
Los moradores se manifestaron para exigir que se les dote de más vigilancia y se ponga un freno a la delincuencia.