A la comunidad El Barrero, en Aguadulce, llegó un individuo comprando oro a los residentes, a los que les pedía las prendas y les rociaba un líquido que ponía las mismas de color negro, por lo que les comentaba a las ingenuas personas que era cobre lo que les habían vendido.
El sujeto recorrió la comunidad. Llegó a una residencia en donde la dueña le dio dos argollas y un dije, por lo que el intrépido embaucador le roció el líquido que puso las joyas negras, por lo que le comunicó a la dueña que iba a ir a El Roble, que allá estaban dos de sus compañeros, quienes tenían otra sustancia que las pondría de su color original, llevándose las prendas.
Posteriormente desapareció con las joyas de oro ajenas. Se pudo conocer de manera extraoficial que las unidades policiales lograron capturar a un presunto sospechoso en este caso.