"Los hechos te descubrirán", este aforismo castellano no es simbólico, es verdadero y auténtico.
Por eso el título de este artículo. Crónica de nuestro tiempo que sin duda servirá de estudio y referencia, dentro de un siglo, a los panameños de entonces, quienes serán nuestros pensadores, intelectuales y políticos de esa época futura.
Todo lo que los panameños, y no istmeños, escribamos sobre la importante vía canalera, sobre la historia y el natalicio de la República, en 1903, será motivo de análisis y estudio histórico de lo que fue la República desde sus primeros pasos y pañales.
Por eso escribo hoy sin demagógicamente mencionar el pueblo tan vapuleado por tirios y troyanos. Sí afirmo que la ampliación del Canal es un tema de negocios.
Pues seamos serios, como diría el abogado Miguel Delgado, al cholo de Olá, o al indio Ngöbe de las montañas de Las Palmas, Veraguas, no le importa un comino: si el Canal se abre o no se ensancha. Son los abogados, los publicitarios, los comerciantes y millonarios de Estados Unidos, China Popular, Japón, Alemania; para citar algunos a quienes les interesa la ambiciosa obra del ensanche del Canal.
Todo un mundo de revuelo ha surgido a raíz de las declaraciones del Doctor Roger Pardo M., subsecretario de defensa de los Estados Unidos de América para el Hemisferio Occidental.
El renombrado funcionario, adelantó que la ampliación del Canal Interoceánico tendría un costo de 25 mil millones de dólares americanos.
Unos 25 billones de esos verdes.
Nuestro pueblo, que es un perfecto ignorante en ¡todo y de todo! No tiene idea de los intereses ambiciosos, económicos que están detrás y dentro de esa "ampliación".
Pero esta vez, pienso yo, que el tan llevado y traído pueblo no será el cordero expiatorio del gran capital.