Qué irónica es la vida. Hay personas que les gusta vanagloriarse saliendo en grandes espacios en las revistas y en noticieros para hacer ver ante los hombres que son personas exitosas. ¡Mentira! ¿Quién dijo que el éxito se mide por cuánto dinero se tiene, los títulos académicos o por la enorme cantidad de condecoraciones? Si me dices que es así, estás equivocado.
Las condecoraciones las inventó el hombre para tener cierta tranquilidad en la sociedad y sentirse amado, no obstante, si usted tuviera acceso a ver por la rendija de la puerta de ese homenajeado, tendría la oportunidad de ver la "belleza" de hombre o mujer que es. Seguramente, ni siquiera lo vea en casa, porque está acostumbrado a que el dinero lo resuelva todo. Sus hijos se crían con personas extrañas. Si es un hombre hogareño, seguramente, no trate bien a su esposa e hijos, en fin...
Reconocer el aporte que hacen ciertas personas a la sociedad es bueno, siempre y cuando se haga con sinceridad y el ciudadano distinguido sea verdaderamente un hombre recto. Lo que no es correcto es tomar a un maleante de saco y corbata para decir que se le otorga la medalla tal en su grado más alto, cuando todos conocen la trayectoria de dicho sujeto.
Otro ejemplo vago de pensar que se es exitoso es comprar los espacios en revistas para venderse como el personaje del mes o el empresario del mes. ¿A quién quiere engañar? ¡Que mentira más grande!
¿Sabes qué es ser exitoso? ¿No? El éxito es cuando logras muchos aplausos. No tienes que ser artista para ello, sólo debes ser mamá o papá, pues es tu familia la que te dará el visto bueno si eres o no un ser exitoso. Claro, siempre debes poner a Dios en primer lugar, pues Él es quien te ayudará a conseguir el éxito (ojo no riquezas, ni cosas materiales), a base de humildad. ¿Quieres tener éxito? Deja el ego a un lado y conviértete a Cristo y verás los resultados en poco tiempo. Ya hay muchos que comienzan a vivir esto.