Egberto Del Rosario es un ejemplo de fortaleza y fe en Dios para los penonomeños.
A pesar de haber sufrido el peor de los accidentes automovilísticos que lo dejó bajo el agua por casi 12 minutos, que prácticamente lo declaraban muerto, salió adelante y ahora es el director nacional de la Fraternidad de Artes Marciales y aunque no ha sido fácil, él asegura que Dios estuvo con él en todo momento.
Este hombre humilde, pero emprendedor, labora como supervisor de Seguridad en el Hotel Decameron de Farallón de Antón, desde hace más de seis años, precisamente cuando se dirigía de su trabajo a su casa en Vista Hermosa, la noche del 22 de diciembre del 2000, víspera de Navidad, su vehículo se accidentó a la altura del puente La Chorrera en Antón, cayendo al río y él quedó bajo el agua por más de 12 minutos.
Al lugar, cuenta uno de los bomberos que asistió el caso, llegaron con la unidad de rescate y encontraron al joven bajo el agua, aparentemente muerto, sin embargo las unidades bomberiles insistieron, lo rescataron y le dieron los primeros auxilios.
Egberto no reaccionaba y al llegar al hospital de Penonomé, ya casi lo daban por muerto, pero el bombero continuó insistiendo y logró detectar una señal de vida y lograron salvarlo, pero el mismo quedó en un coma por más de 20 días.
Actualmente es poco lo que él recuerda de este trágico accidente, sin embargo señaló que quiere compartir una experiencia divina, en medio de sus días de coma pudo observar una luz muy radiante blanca que estuvo con él, además de una persona con un traje de lentejuelas muy llamativo al lado de su cama, pero una voz dulce lo consolaba y minutos antes de salir del coma veía cómo la luz se alejaba y la mujer desaparecía.
"Al despertar del coma vi que todo era diferente, yo estaba en un hospital y quien me cuidaba era mi esposa, ella me contó lo sucedido, pero yo supe que Dios estuvo allí conmigo y otro ser extraño, pero finalmente volví a la vida con mi familia, aunque muy mal porque la mitad de mi cuerpo quedó paralizada", explicó Del Rosario, aún lleno de extrañeza por lo que le pasó hace años.
ARTES MARCIALES Y SU NUEVA VIDA
Para este hombre salir de un coma y quedar casi paralítico, fue muy difícil porque él es cabeza de familia y tenía que salir adelante para trabajar por su esposa e hijos, es por ello que se propuso continuar con su deporte de las artes marciales, nada fácil, pero entendía que era lo único que lo sacaría adelante.
"Realmente agradezco a mis jefes en el Decameron que me dieran la oportunidad de continuar en mi trabajo, ya que en el estado en el que quedé no fue fácil volver a trabajar, y con las artes marciales salí adelante, era entrenamiento constante, al punto que hoy soy el director nacional de la Fraternidad en Panamá".
"Yo me propuse una meta, que en un tiempo corto lograría caminar para continuar trabajando y lo logré, aunque todavía tengo algunos problemas, pero en nada me afectan con las artes marciales o con mi trabajo.