La frecuencia para tener relaciones sexuales, es tal vez un hecho cuestionable, pero al final sólo el hombre y la mujer tienen el derecho de decir con qué frecuencia quieren tener intimidad.
Lo ideal sería todos los días, por lo rica que resulta la entrega, pero para nadie es un secreto que las obligaciones diarias, el estrés o un simple malestar pueden marcar la diferencia entre ceder o no a la entrega. Eso sí, para llegar a un acuerdo hay que tener comunicación.