Se considera bastante intuitiva, le encanta rodearse de gente positiva, con energía interior, alegre, feliz. Más que tener muchos amigos, prefiere pocos, pero que sean verdaderos.
Es peruana, tiene una hija de 18 años y un hijo de 16, está casada con un inglés, Harold, le encanta viajar (conoce gran parte del mundo), el yoga, cocinar, la gente leal, los gatos y el Oriente.
Desde chica le gustaba pintar, mientras los otros chicos jugaban; allá en Chincha, una hacienda al Sur de Lima, ella, cuando se aburría de trepar árboles, se encerraba en su cuarto con colores y papeles a pintar. Creció, estudió, se casó y pospuso la pintura por la maternidad. Pero, ya crecidos sus hijos, fue en Asia, donde vivió 5 1/2 años, en Tailandia y Singapur, que empezó a pintar y muchos de sus cuadros se inspiran en gente y vivencias orientales. También vivió en México y Sudamérica (Chile, Ecuador, Venezuela).
Pinta mientras escucha música y sus gatos, Félix y Lola, la observan como para darle su aprobación.
Le apasiona la literatura oriental. Está tratando de ponerse en contacto con su yo interno.
"Tengo en mente meterme en la universidad a estudiar japonés para seguir mi búsqueda de lo espiritual por medio de la escritura", nos dice y agrega: "Me gusta mucho lo que va hacia el camino Zen y para eso necesito profundizar más en la cultura japonesa, su escritura, la parte gráfica de la expresión".
La muestra que exhibe Tatiana en Arlene Lachman Galería consta de cerca de 30 cuadros, en técnica mixta.