Una silla en una pequeña caseta y varios perros que merodeaban son los mudos testigos del grado de maldad al que puede llegar muchos seres humanos.
Don Carlos Castillo Ortega, de 66 años, vivía en una pequeña finca detrás de la barriada en construcción "Mirador del Pacífico", en el corregimiento de Pacora. El hombre, oriundo de Veraguas, tenía allí un maizal, palos de papaya, frijoles, caña, arroz en un jorón y hasta un cerdo.
Para ganarse algo extra, vigilaba durante las noches las maquinarias de la empresa constructora del proyecto cercano a su vivienda.
Y fue precisamente para apoderarse de la escopeta calibre 12 que se le había asignado como arma protectora, que tres maleantes lo emboscaron en la oscuridad de la noche del lunes y le propinaron al menos tres tiros.
Don Carlos no resistió el ataque y terminó falleciendo en el lugar. Los delincuentes huyeron por los densos matorrales llevándose el arma.
Los familiares de la víctima exigieron justicia.