El Alcorcón sacó ayer a la luz todas las vergüenzas del Real Madrid, que hizo un ridículo nunca visto en el club blanco tras ser goleado (4-0) en la de los dieciseisavos de final de la Copa por un equipo que milita en la Segunda División B.
Tantos millones sobre la mesa no sirvieron para mejorar un estado que parece perpetuarse en el Real Madrid. A veces, el dinero no da la felicidad, como demostró el Alcorcón, un club con un presupuesto 400 veces menor que su rival.
Y es que no ha habido que esperar mucho para ver la peor cara del Real Madrid. Incapaz de marcar en Gijón en el último partido de Liga y sin demasiados argumentos para vencer al Milán, un equipo de veteranos, los hombres de Manuel Pellegrini aterrizaron en Alcorcón con el objetivo de dar un puñetazo sobre la mesa y acabar con las primeras dudas de la temporada.
Enfrente estaba el Alcorcón, un equipo que mostró a Pellegrini algunos de los conceptos básicos del fútbol y que casi siempre funcionan. El Real Madrid carece de bandas. Los laterales son islotes que suben sin compañía. Todo el juego pasa por el centro. Con esa táctica, en la que insiste Pellegrini, los blancos fueron desarmados por un vendaval en la primera parte.
Royston Drenthe fue el que más sufrió esos achaques. Por su banda llegó todo el peligro local. Y por su banda llegaron los tres primeros goles. El primero, de Borja (que marcó dos), el quinto que le marca al Real Madrid. Antes, lo hizo con el Alicante y con el Leganés. Aún tendría pólvora para hacer el sexto.
Después, fue Álvaro Arbeloa, que en propia meta introdujo el balón en la portería defendida por Dudek. El centro, llegó desde la banda defendida por Drenthe, vendido una y otra vez. Para culminar la primera parte, Ernesto se unió a la fiesta amarilla gracias a un gol de ratón. De nuevo, el tanto llegó por la banda derecha del equipo del sur de Madrid.
INVERSION: 230
El Real Madrid gastó 230 millones de dólares en la formación de la plantilla.