La cantidad de muertos por el accidente de tránsito ocurrido la noche del miércoles en la autopista Arraiján - La Chorrera, aumentó a dos. Ovidio Bethancourth, de 61 años, quien había sido trasladado al Hospital Santo Tomás, debido a su estado crítico, murió.
EL PRIMER MUERTO
Un infante de cuatro años de edad, Serafín Fernández Garrido, quien viajaba con su madre, Maruja Fernández, ingresó muerto al cuarto de urgencia del Hospital Nicolás Solano luego que fuera trasladado por ambulancias, siendo la primera víctima fatal.
EL IMPACTO
Iván González Miranda, conductor del bus de la ruta Panamá - David, con destino a la Capital, dijo que un auto frenó repentinamente obligándolo a hacer lo mismo. No obstante, las llantas del vehículo resbalaron, perdiendo el control y atravesando la cuneta que divide los cuatro paños de la autopista.
El autobús con placa 4B-84 se volcó sobre un costado y fue a parar a la cuneta de las vías que conducen hacia el interior del país.
Los heridos, 21 en total, fueron auxiliados por miembros del Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja de los distritos de La Chorrera y Arraiján, empleándose seis ambulancias para el traslado.
VERSIONES
Para Miguel Michel, quien viajaba en el bus, el conductor viajaba con exceso de velocidad a pesar de la lluvia y la poca visibilidad que existe en la autopista en horas de la noche.
UN MOMENTO "HORRIBLE"
Un pasajero, de apellido Michel, aseguró que todo ocurrió rápido. "El momento fue horrible. Había mucha sangre", dijo.
Varios pasajeros, entre los que se encontraba Manuel Lezcano, consideran que el accidente pudo ser provocado por el exceso de velocidad que llevaba el conductor Iván González Miranda, que-dijo- estaba distraído.
Muchos pasajeros perdieron sus pertenencias. Luzmila Quintero, que venía de Bocas del Toro a trabajar en una casa de familia, quedó con lo que llevaba encima, menos los zapatos.
DOLOR
Para el padre del menor fallecido, la muerte de Serafín le deja un profundo vacío. Era su único hijo y había ido precisamente a verlo a Aguadulce, lugar donde trabaja, porque ellos vivían en Calidonia.
"Siempre me pedía el besito cuando regresaba de la familia, pero esta vez no pude dárselo porque el bus iba rápido", dijo entre llantos el señor Herminio Garrido. |