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Aquel año de 1975 no será el mismo. La ciudad de Colón escuchaba por primera vez el llanto de un niño, un 30 de enero... ¡Sí! un niño... Un niño llamado Miguel... Miguel Callist...
Tranquilo y sereno, Callist recuerda cómo se crió en las calles de esa costa... de esa Costa Atlántica, olvidada por los grandes, querida por los chicos...
"Llegaba al gimnasio muy niño. Observaba el trabajo de los boxeadores. Hasta el punto que llegué a imitar lo que hacían en sus entrenamientos", expresó Callist. "El deseo me acompañaba, pero mi madre no quería, aunque seguí con ese sueño", manifestó.
UNA NOCHE PARA LA MAGIA
Roberto Durán es parte vital de la inspiración de Miguelito... En la noche que le quitó el cetro welter a Sugar Ray Leonard, en Montreal, Callist asimiló en su mente el objetivo de ser como él.
Con una sonrisa en su rostro Callist comentó que "fue maravilloso e impresionante lo que sentí al ver a Durán pelear aquella noche". Y es que los recuerdos todavía están con el chico colonense.
Callist, el quinto de 10 hermanos, cuenta que no tuvo lujos pero sí educación, que para él es lo más importante. Ya de adulto llegó al gimnasio por su propia cuenta, y fue su primer entrenador Hernando Agustín Galloway.
Entre algunos de los que han entrenado a Callist están Rigoberto Riasco, Humberto Arboleda, Pedro Avila, Rigoberto Garibaldi, entre otros, a los cuales "les estoy muy agradecido", indicó.
Pero ahora la cercanía del título crea en el pueblo la ilusión de tener otro campeón. Uno que desde su niñez el las calles de Colón soñó con serlo... Hoy estamos contigo Callist... Suerte muchacho. |
