La zona rusa del Océano Ártico será sometida a una gran purificación, gracias a un proyecto internacional que costará US$38 millones.
Entre otras cosas, la iniciativa incluye investigar el posible uso de algas para limpiar derramamientos de petróleo, convertir a las bases militares abandonadas en lugares seguros e involucrar a grupos indígenas en la protección del medio ambiente.
Las mayores amenazas del Ártico, que se registran con mayor intensidad en las costas rusas son distintos tipos de contaminaciones, que incluyen metales altamente dañinos, escapes radioactivos y desechos químicos industriales.
El nuevo proyecto es coordinado, entre otras organizaciones, por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y financiado por organismos internacionales y gobiernos occidentales. |