EDITORIAL
Pueblos en sesquicentenarios
La Pintada, Los Pozos, Aguadulce
y Chitré alcanzaron ciento cincuenta años de fundación
el 19 de octubre, y tal evento invita a reflexionar con serenidad sobre
los derroteros vividos y las expectativas que la actualidad oferta a estos
históricos asentamientos humanos panameños.
Los dos primeros, La Pintada y Los Pozos, permanecen en evidente estancamiento;
sumidos en la molicie del quietismo, sin ofrecer impulsos de avance, crecimiento
y búsquedas que presagien cambios donde el vivir local ostente mejores
calidades y ofrezca realizaciones plenas al vecino y morador.
Aguadulce muestra pujanzas múltiples; esfuerzos agroindustriales
de reciedumbre la colocan en posición de avanzada en el quehacer
laboral y productivo interiorano; las actividades azucareras y salineras
y las industriales propias de estos insumos ofertan empleos, pagan impuestos
y ofrecen dinamismos al Distrito de Aguadulce: Prohombres radicados en su
terruño en el pasado, y hoy sirven destinos públicos importantes,
y la cúspide presidencial cuenta con varios mandatarios aguadulceños.
Chitré oferta el crecimiento urbanístico de mayor impacto;
allí moradores raizales dieron ejemplos de trabajo honrado, de esfuerzo
cotidiano, dedicados a industrias de muebles, de tratamientos del cuero,
de ganadería y avicultura; así como de múltiples servicios
transportistas y navieros, que llevó a calificarlo de "la ciudad
que crece sola"; divisa escrita en lo alto de su tanque de agua potable
que proclamó el orgullo del espíritu emprendedor del chitreano.
Los vecinos que peinan canas y superan la cincuentena de edad recuerdan
como un sólido movimiento vecinal, de moradores preocupados por las
mejoras del poblado enarbolaron estandartes cívicos para construir
el estadio, renovar el acueducto, ampliar calles y callejas, construir la
carretera central, y hacer de Chitré "orgullo de mi nación",
como reza el estribillo de una pieza musical de los años cincuenta.
Construir el ciclo secundario; respaldar y afirmar la Radio Provincias,
destacando los afanes, programas y quehaceres chitreanos y provinciales;
renovar el vetusto hospital; radicar las instalaciones del Fomento Agrícola
y en general impulsar el avance social y público, distinguen a esta
población herrerana.
Valores culturales tal Melitón Castro, pintor de realidades campesinas;
de poetas como Enrique Genzieer, quien desde la lejanía neoyorquina,
concibió sentido soneto titulado "De la Ausencia", donde
canta el amor por el pedacito de tierra que lo vio nacer; Dámaso
Ulloa, escritor que unió a sus relatos cortos el ejercicio de la
odontología y describió las carretas de su pueblo y los portales
solariegos, son creativos elementos del empuje valioso de Chitré,
aun cuando hoy por razones variadas, haya menguado la dinámica y
el impulso que lo hizo próspero y progresista.
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AYER GRAFICO |
La Revista 18, la primera de bolsillo en nuestro país. |
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