El candidato demócrata de Estados Unidos, John Kerry, aprendió durante la campaña el español, una lengua que desconocía, para seducir a los electores hispanos, y evitó hablar en francés, un idioma que domina, salvo cuando podía ganar votos.
De las pocas palabras castellenas que se atrevía a pronunciar al principio de la campaña, como "Buenas tardes" o "Sí se puede", Kerry pasó a ofrecer en las últimas semanas largas partes de sus discursos en la lengua de Cervantes cuando se dirigía a la mayor minoría del país.
"Lee muy bien el español, pero no se atreve a hablarlo", matizó Jorge Ramos, autor del libro "La ola latina", en el que asegura que los latinos designarán al presidente de Estados Unidos, debido al peso de su voto en Estados clave como Florida, Nuevo México, Arizona, Colorado y Nevada.
En cambio, el candidato demócrata evitó demostrar ante las cámaras de televisión estadounidenses su conocimiento del francés.
Para Ramos, existen otros motivos. "En Estados Unidos, muchos piensan que hablar francés es ser antiamericano", explicó, en alusión a la dura campaña lanzada en los medios de comunicación contra el país europeo tras su oposición a la guerra en Irak.